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Flor de Loto

Qué es La Gran Invocación?

La Gran Invocación es una plegaria, una oración, un mantram, una invocación, depende de cómo se la utilice.

La belleza y la fuerza de esta Invocación reside en su sencillez y en que expresa ciertas verdades esenciales, que todos los hombres aceptan innata y normalmente:

 la verdad de la existencia de una inteligencia básica a la que vagamente damos el nombre de Dios;
 la verdad de que detrás de todas las apariencias externas, el Amor, es el poder motivador del Universo;
 la verdad de que vino a la Tierra una gran Individualidad, llamada Cristo por los cristianos, que encarnó ese amor para que pudiéramos comprenderlo;
 la verdad de que el amor y la inteligencia  son ambos efectos de la Voluntad de Dios;
y finalmente la verdad eminente de que el Plan divino sólo puede desarrollarse a través de la humanidad misma.  

LA GRAN INVOCACIÓN

Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,
Que afluya luz a las mentes de los hombres;
Que la Luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que afluya amor a los corazones de los hombres;
Que Cristo retorne a la Tierra.

Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres;
El propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra


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En la segunda estrofa de La Gran Invocación, podemos realizar nuestro llamado a Aquél que Viene con uno de los nombres con que los que se lo conoce desde hace más de dos mil años, en su carácter de Instructor del Mundo, en las diferentes culturas, tal como se encuentran transcriptos a modo de ejemplo, dentro de las frases que por orden alfabético son presentadas a continuación:

Que el Bodhisatva retorne a la Tierra - Budista
Que Cristo retorne a la Tierra - Cristiana
Que Krishna retorne a la Tierra - Hinduista
Que el Iman Manhdi retorne a la Tierra - Islámica
Que el Mesías retorne a la Tierra - Israelita
Que Muntazar retorne a la Tierra - Persa
Que Maiatreya retorne a la Tierra - Tibetana

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Toda la Invocación se refiere a ese inminente, influyente y revelador depósito de energía, causa inmediata de todos los acontecimientos sobre la Tierra, que indican el surgimiento de algo nuevo y mejor; estos acontecimientos demuestran el avance de la conciencia humana hacia una mayor luz.

Por lo general el llamado invocador ha sido hasta ahora de naturaleza egoísta y formulado momentáneamente. Los hombres oraron para sí mismos; invocaron la ayuda divina para quienes ellos amaron, y dieron a sus necesidades fundamentales una interpretación material. Esta Invocación es una plegaria mundial, no contiene ninguna demanda personal ni anhelo invocador transitorio; expresa la necesidad de la humanidad y supera todas las dificultades, dudas e interrogantes, llegando directamente a la Mente y al Corazón de Aquel en Quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser; Aquel que permanecerá con nosotros hasta el fin de los tiempos y “hasta que el último cansado peregrino haya encontrado su camino al hogar”.

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Si se divulga ampliamente esta Gran Invocación, podrá ser para la nueva religión mundial lo que el Padre Nuestro ha sido para la cristiandad, y el Salmo 23 para el judío espiritual. Existen tres tipos de acercamiento a esta gran Plegaria o Invocación:

  1. Del público en general.
  2. De los esoteristas o los aspirantes y de los discípulos del mundo.
  3. De los miembros de la Jerarquía.

Primero el público en general, la considerará como plegaria a Dios Trascendente, aunque no lo reconozca como inmanente en Su creación, y la elevará en alas de la esperanza: esperanza de luz, de amor y de paz, que todos anhelan incesantemente. También será considerada como plegaria para iluminar a los gobernantes y dirigentes de todos los grupos que manejan los asuntos mundiales; como ruego para que fluya amor y comprensión entre los hombres y vivan mutuamente en paz; como demanda para cumplir la voluntad de Dios, sobre la cual la gente nada puede saber y considera tan inescrutable y omnicluyente que su reacción normal es esperar y creer; como plegaria para fortalecer el sentido de responsabilidad humana, a fin de que los reconocidos males actuales - que tanto angustian y confunden a la humanidad- puedan ser eliminados y refrenada alguna indefinida fuente del mal; finalmente será considerada como oración para restablecer una condición primordial, también indefinida, de beatífica felicidad y desaparición de todo sufrimiento y dolor en la Tierra. Todo esto es bueno y útil para los pueblos y es lo único que puede efectuarse en forma inmediata.

Segundo, los esoteristas, los aspirantes y quienes están espiritualmente orientados, lograrán un acercamiento más profundo y comprensivo. Reconocerán el mundo de las causas y a Quienes se hallan subjetivamente detrás de los asuntos mundiales, los Dirigentes espirituales de nuestra vida. Ellos están preparados para alentar e indicar, a quienes poseen verdadera visión, no sólo la razón de los acontecimientos suscitados en los distintos sectores de la vida humana, sino también revelarse aquello que permitirá a la humanidad pasar de la oscuridad a la luz. Si se adopta esta actitud fundamental, será evidente la necesidad de difundir ampliamente los hechos subyacentes, iniciándose una era de divulgación espiritual, ideada por los discípulos y llevada a cabo por los esoteristas. Esta era comenzó en 1875 cuando se proclamó la realidad de la existencia de los Maestros de Sabiduría, prosperando a pesar del escarnio, la negación y las erróneas interpretaciones de la naturaleza sustancial de lo que puede ser corroborado y la respuesta intuitiva de los estudiantes esotéricos y de muchos intelectuales de todo el mundo.

Un nuevo tipo de místico se está reconociendo; difiere de los místicos del pasado porque se interesa en forma práctica por los acontecimientos mundiales y no únicamente por las cuestiones religiosas y eclesiásticas; se caracteriza por la falta de interés en su desarrollo personal, por su capacidad para ver a Dios Inmanente en todo credo, no sólo en su propia y determinada creencia religiosa, y también por la capacidad de vivir su vida a la luz de la divina Presencia. Todos los místicos han podido hacerlo en mayor o menor grado, pero el místico moderno es capaz de indicar a los demás, con toda claridad las técnicas a seguir en el Sendero; combina mente y corazón, inteligencia y sentimiento, más una percepción intuitiva de que hasta ahora carecía. No sólo la paz de su propia alma sino también la clara luz de la Jerarquía espiritual, iluminan ahora el camino del místico moderno, y esto irá acrecentándose.

Tercero, ambos grupos, el público en general y los aspirantes mundiales en sus diversos grados, tienen entre ellos, quienes se destacan de lo común porque poseen una más profunda visión y comprensión; ocupan la “tierra de nadie” por un lado entre las masas y los esoteristas y por otro entre los esoteristas y los Miembros de la Jerarquía. No olvidar que Ellos también emplean la Gran Invocación, y que no pasa día sin que Cristo Mismo la entone.

El empleo de esta Invocación o plegaria, más la acrecentada expectativa por la venida de Cristo, ofrecen hoy la máxima esperanza para la humanidad. Egregios Hijos de Dios siempre han venido en respuesta a la demanda de la humanidad y siempre vendrán, y Aquel a quien todos los hombres esperan, está en camino.

Texto adaptado del folleto: "La Gran Invocación - Su uso y signficado"


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R.O. del Uruguay, 25 de Noviembre de 2009
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Actualización 30/07/2010